En mi experiencia como cirujano plástico, me he visto confrontado en algunas ocasiones con posturas como “es que un médico está para aliviar o curar, no para embellecer”. Sin embargo han sido estos debates los que me han llevado a encontrar mi verdadera vocación y la razón de ser de esta especialidad. Y he aquí las conclusiones a las que llego:
1. Mejora la autoestima. En la definición actual de salud, dado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) Salud es el estado de bienestar físico , mental y emocional en el cual se desenvuelve un individuo. Por tanto, aquello que pueda hacerte sentir mejor sin que represente un daño para esa persona puede tener un lugar en la terapéutica actual de la medicina.
2. Dignidad de la persona. Definiendo la dignidad como el valor que cada persona se determina teniendo el derecho a sentirse libre, amada y respetada por sí misma.
Por tanto, resumo la función de la cirugía plástica estética como la especialidad que pretende ayudar a las personas a sentirse mejor consigo mismas, queriendo mejorar su aspecto externo pero partiendo de una propuesta de amor propio (aspecto interno) y un objetivo real de autocuidado.
La función del cirujano plástico está en ser un consejero, un asesor y un guía para que puedas tomar una sana decisión de vida, basada en una información precisa, clara y real. Haciendo una analogía, es como tu sastre quien conociéndote muy bien te ayudará a que tu luzcas lo mejor posible tu vestido de la forma más bonita y cómoda de acuerdo a tu personalidad.
Dr. Juan David Betancourt.